En un camino que solo debe tener un sentido, hacia la calidad de vida, bienestar y el desarrollo, es imposible avanzar si no hay equidad, por ello dieciocho familias recibieron hoy las llaves de sus nuevas viviendas.
El acceso que se le posibilita a quienes hasta hoy eran parte de un Asentamiento, el más antiguo de la frontera, es atender una necesidad que pone en igualdad de condiciones a estas familias, con otras decenas de coterráneos que ya han accedido a otros planes y acciones que son mucho más que otorgarles un lugar para vivir, es considerar con sensibilidad las circunstancias personales de los ciudadanos y hacer de los sueños una realidad material, tangible.
Hacer de la esperanza una concreción es una acción que felizmente nos estamos acostumbrando a cumplir, entendiendo que nos mueve el espíritu cívico de dar a cada quien lo que merece sin exceder o disminuir.